“Pulgarcita” de Michel Serres

Listar en un documento colaborativo las características principales que expone el autor sobre los estudiantes, la sociedad y la escuela

El mundo cambió tanto que los jóvenes deben reinventar todo; una manera de vivir juntos, instituciones, una manera de ser, de conocer.
Antes de enseñar algo a alguien, es necesario al menos conocerlo. ¿Quién se presenta hoy en la escuela, en el colegio, en el liceo, en la universidad? (pág. 13).
En 1900, la mayoría de los humanos del planeta trabajaban en la labranza y el pastoreo (pág 15.)
Así y todo, en el planeta, seguimos comiendo de la tierra. (pág. 15).
Aquella o aquel que presento a ustedes ya no vive en compañía de los animales, ya no habita la misma tierra ni tiene la misma relación con el mundo. Ya no tienen el mismo cuerpo ni la misma conducta; ningún adulto supo inspirarles una moral adaptada (pág. 15 y 17).
Mientras que sus predecesores se reunían en clases o anfiteatros homogéneos desde el punto de vista cultural, ellos estudian en el seno de un colectivo en el que conviven diversas religiones, lenguas, orígenes y costumbres. Para ellos y sus maestros, el multiculturalismo es de rigor. (pág. 17 y 18).
Están formateados por los medios de comunicación (pág. 19).
Están formateados por la publicidad. Los medios se han apoderado desde hace tiempo de la función de enseñanza (pág. 20).
¿Cómo es posible enseñarles el sistema métrico cuando, de la manera más tonta del mundo, el servicio ferroviario les vende millas? (pág. 20).
Estos niños viven, pues, en lo virtual. Las ciencias cognitivas muestran que el uso de la Red, la lectura o la escritura de mensajes con los pulgares, la consulta de Wikipedia o Facebook no estimulan las mismas neuronas ni las mismas zonas corticales que el uso del libro, de la tiza o del cuaderno. Pueden manipular varias informaciones a la vez. No conocen ni integran, ni sintetizan como nosotros, sus ascendientes.
Ya no tienen la misma cabeza.(pág. 21) (En este párrafo habla de los niños actualmente con relación a la red. Hace referencia a que pueden desarrollar habilidades para el uso de la tecnología. Ahora las consultas son en internet, no en libros, suelen copiar y pegar en vez de escribir, cosa que no estimula a sus neuronas porque quizás ni siquiera se dan el tiempo de leer la información porque corren con la seguridad de que ya esté revisada y aprobada por alguna autoridad. Afirma que no estimulan sus neuronas por falta, de como puede ser, leer un libro, comprender lo que dice, recibir la información, o también el escribir en un cuaderno, como se hacía años antes del descubrimiento de internet.).
Ya no tienen la misma cabeza. (pág. 21).
Ya no habitan el mismo espacio. (pág. 21).(Cambios en la manera de comunicarse).
Él o ella escribe de otro modo. (pág. 22).
Ya no hablan la misma lengua. (pág. 22).
La lengua cambió, la labor mutó (pág. 23).
Desde tiempos remotos hasta tiempos recientes, vivíamos de pertenencias, pertenecíamos a regiones, a religiones, a culturas, a equipos, a comunas, a un sexo, a un dialecto, a un partido, a la patria (pág. 24).
Las ideologías se declaran muertas (pág. 25).
Hay jóvenes a los que pretendemos dispensar una enseñanza, en el seno de marcos que datan de una época que ya no reconocen (pág. 26).
Repito: ¿Qué transmitir? ¿El saber? Ahí está, en todas partes por la Red, disponible, objetivado. Transmitirlo a todos? En este momento, todo el saber es accesible para todos. Cómo transmitirlo? ¡Ya está hecho! Objetivado, por cierto, pero además, distribuido. El antiguo espacio de las concentraciones, se diluye, se expande. (pág 28).
Así, del mismo modo que la pedagogía fue inventada por los griegos (paideia}, en el momento de la invención y la propagación de la escritura, se transformó luego con el surgimiento de la imprenta, durante el Renacimiento, y así también, hoy la pedagogía cambia por completo con las nuevas tecnologías, cuyas novedades son sólo una variable cualquiera. (pág 29).
Este cambio tan decisivo de la enseñanza -cambio que repercute poco a poco en todo el espacio de la sociedad mundial y el conjunto de sus instituciones caducas, un cambio que no afecta, ni por asomo, tan sólo a la enseñanza, sino también al trabajo, las empresas, la salud, el derecho y la política, en suma, al conjunto de nuestras instituciones-, sentimos que lo necesitamos con urgencia, pero que todavía estamos lejos. (pág. 30).
Veo que nuestras instituciones relucen con un brillo semejante al de las constelaciones que, según nos enseñan los astrónomos, ya están muertas desde hace un largo tiempo. ¿Por qué nunca ocurrieron esas novedades? Temo echarle la culpa a los filósofos, entre quienes me cuento, gente que tiene la vocación de anticipar el saber y las prácticas por venir y que ha fracasado, según entiendo, en su tarea. Comprometidos con la política del día a día, no vieron venir lo contemporáneo (pág. 32).
Hace poco, todos nos volvimos Saínts-Denís, como ella. De nuestra cabeza huesuda y neuronal, salió nuestra cabeza inteligente. Entre nuestras manos, la caja-computadora contiene y hace funcionar, en efecto, lo que en épocas remotas llamábamos nuestras "facultades": una memoria, mil veces más poderosa que la nuestra; una imaginación equipada con millones de íconos, también una razón, puesto que tantos programas pueden resolver cientos de problemas que no habríamos resuelto solos. Nuestra cabeza está arrojada ante nosotros, en esa caja cognitiva objetivada.(pág 38).
Nueva economía, radical ésta: nadie necesita retener el lugar, un buscador se ocupa. (pág. 39).
De ahora en más, la cabeza descabezada de Pulgarcita difiere de las viejas, más hechas que llenas. Ya no tiene que trabajar duro para aprender el saber, puesto que ahí está, arrojado, ante ella, objetivo, recolectado, colectivo, conectado, accesible cuando se desea, ya revisado y controlado diez veces. (pág 39)(El querer aprender, saber, es accesible para cualquiera que tenga acceso a la Red).
¿Pulgarcita celebra acaso el fin de la era del saber? (pág. 40).
Las técnicas guían hacia o suponen las ciencias duras; las tecnologías suponen y guían a las ciencias humanas, asambleas públicas, política y sociedad (pág. 41).
Bajo su forma impresa, el escrito se proyecta hoy en día por todas partes en el espacio, hasta invadirlo y ocultar el paisaje. Afiches de publicidad, carteles las rutas, flechas calles y avenidas. (Pág 41)(Cómo se presenta la información).
la página nos domina y nos conduce. Y la pantalla la reproduce. (pág. 42).
Ese formato-página nos domina tanto, y a tal punto sin que nos demos cuenta, que las nuevas tecnologías todavía no han podido reemplazarlo. La pantalla de la computadora -que también se abre como un libro- lo imita, y Pulgarcita sigue escribiendo en ella, con sus diez dedos o, en el celular, con sus dos pulgares. Una vez terminado el trabajo, se apresura a imprimir. (pág 42 y 43).
Las nuevas tecnologías obligan a salir del formato espacial implicado por el libro y la página. ¿Cómo? (pág. 44).
Las nuevas tecnologías externalizan por último mensajes y operaciones que circulan en el sistema neuronal, informaciones y códigos, blandos; la cognición, en parte, se dirige hacia esta nueva herramienta (pág. 44).
Yo pienso, yo invento si me distancio así de ese saber y de ese conocimiento, si me aparto de él (pág. 45).
La inteligencia inventiva se mide según la distancia respecto del saber (pág. 46).
Hasta esta misma mañana, un docente, en su aula o en el anfiteatro, entregaba un saber que, en parte, yacía ya en los libros. Oralizaba lo escrito, una página-fuente. Si inventa, cosa rara, escribirá mañana una página-antología. Su cátedra hacía oír a ese portavoz. Para esa emisión oral, pedía silencio. Ya no lo obtiene. (pág. 46).
¿Por qué charla, en medio del murmullo de sus charlatanes compañeros? Porque ese saber anunciado ya lo tiene todo el mundo. Íntegro. A disposición. Al alcance de la mano. Accesible por la Web, Wikipedia, el celular, por cualquier portal. (pág. 47).
Desde la infancia,en el primero y el segundo ciclo, comienza a formarse la ola de lo que se llama la charla, se levanta como un tsunami en el secundario y ahora acaba de alcanzar la educación superior, donde los anfiteatros, están colmados, por primera vez la histona, de un murmullo permanente que vuelve penosa toda escucha o vuelve inaudible la vieja voz del libro. (pág 47)(Las voces y el murmullo permanente en los anfiteatros).
Ya nadie necesita a los portavoces de antaño, salvo si uno, original y raro, inventa. Fin de la era del saber (pág. 48).
En otros tiempos enseñar consistia en una oferta. Exclusiva, semiconductiva, ésta no tuvo nunca el cuidado de escuchar la opinión ni las elecciones de la demanda. (pág. 48).
Nosotros, docentes habladores, escuchamos también el rumor confuso y caótico de esa demanda charlatana, surgida de los alumnos a quienes, antes, nadie consultaba para escuchar de ellos si demandaban de verdad aquella oferta.(pág. 48).
La focalización de todos hacia el estrado donde el portavoz requiere silencio e inmovilidad reproduce en la pedagogía la del pretor ante el juez, del teatro ante la platea. (pág. 51).
¿El fin de la era de los actores? (pág. 51).
La facilidad del acceso le da a Pulgarcita, como a todo el mundo, unos bolsillos llenos de saber, bajo los pañuelos. (pág. 51).
Lleve a esta personita a una sala de clase: acostumbrada a conducir, su cuerpo no soportará durante mucho tiempo el asiento del pasajero pasivo; (pág. 53).
Ya sólo hay conductores, sólo hay motricidad; ya no hay espectadores, el espacio del teatro se llena de actores, móviles. (pág. 53).
Fin de la era de los que toman decisiones. (pág. 53).
El término "clase" significa, en el origen, ese ejército en filas apretadas (pág. 55).
Lo disparatado tiene virtudes que la razón no conoce. Práctico y rápido, el orden puede, sin embargo, aprisionar; favorece el movimiento pero, al cabo, lo congela (pág. 56).
Hay que cambiar de razón. El único acto intelectual auténtico es la invención. Prefiramos pues el laberinto de los pulgares electrónicos. (pág. 58).
La difusión del saber ya no puede tener lugar en ninguno de los campus del mundo, ordenados, formateados página por página, racionales a la manera antigua, imitando los campos del ejército romano (pág. 60).
Porque, inclusive sin ley, quienes asisten a una clase siempre evalúan al profesor. (pág. 63).
Siempre todo el mundo soporta una nota (pág. 63).
La fiebre de la nota que, bajo la presión de las mamás compasivas y de la psicología, abandonó tan pronto la escuela, invadió la sociedad civil. (pág 64)(Ponerle a todo una nota).
Elogio del control recíproco (pág. 66).
...las empresas dejan a Pulgarcíta controlar en tiempo real su propia actividad -defectos observados o reparados con mayor facilidad, soluciones técnicas que se encuentran con más rapidez, productividad mejorada-, pero también examinar a quienes la mandan, aquí patrones pero, más allá, médicos y políticos. (pág. 66).
Pulgarcita se aburre en el trabajo. (pág. 67).
El aburrimiento de todos viene de esa concentración, de esa captación, de ese robo del interés. (pág. 67).
Pulgarcita vio cómo disminuía el número de mamelucos; las nuevas tecnologías reducirán el de sacos y corbatas. (pág. 68).
Los mismos profesores charlan cuando el director les habla; (pág. 71).
Ese caos no murmura tan sólo en las escuelas o en los hospitales, no emanan sólo de los Pulgarcitos en clase o de los sollozos en paciente espera, sino que ahora llena todo el espacio.(pág. 71).
Por primera vez en la historia, se puede oír la voz de todos. La palabra humana zumba por el espacio y el tiempo. (pág. 71).
Concentrada en los medios, la oferta política muere; aunque no sepa ni pueda todavía expresarse, la demanda política, enorme, se levanta y presiona. (pág. 73).
Agonizan las viejas pertenencias: fraternidades de armas, parroquias, patrias, sindicatos, familias en recomposición; quedan los grupos de presión, vergonzosos obstáculos de la demacrada. (págs. 73-74).
Las mezclas humanas fluyen como ríos a los que se les da nombres propios, pero cuyas aguas se mezclan de a decenas con las de sus afluentes. Pulgarcita vive en un tapiz diverso, pavimenta su espacio con una marquetería dispar (pág. 77 y 78).
Utilizando la vieja presunción de incompetencia, grandes máquinas públicas o privadas, burocracia, medios, publicidad, tecnocracia, empresas, política, universidades, administraciones, inclusives ciencia en ocasiones… imponen su poder gigante dirigiéndose a presuntos imbeciles llamados gran público despreciados por las cadenas dedicadas al espectáculo. Acompañados por semejantes a quienes suponen competentes y, además, no tan seguros de sí mismos, los pulgarcitos, anónimos anuncian, con su voz difusa, que esos dinosaurios que adquieren un tamaño tanto mayor por cuanto están en vía de extinción, ignoran la emergencia de nuevas competencias, como las siguientes. (pág. 78).
Lo colectivo, cuyo carácter virtual se ocultaba temeroso bajo la muerte monumental, deja lugar a lo conectivo, virtual de verdad.(pág. 79).
El niño, el consumidor, en suma, el anónimo de la plaza pública, aquel que se llamaba ciudadana o ciudadano, puede saber tanto o más sobre el tema tratado, la decisión a tomar, la información anunciada, el cuidado de sí... que un maestro, un director, un periodista, un responsable, un gran patrón, alguien que ha sido elegido, inclusive un presidente, todos llevados al pináculo del espectáculo y preocupados por la gloria. (pág. 79).
El reparto vuelve simétrica la enseñanza, los cuidados, el trabajo; la escucha acompaña al discurso; (pág. 79).
Sin duda, por primera vez en la historia, el público, los individuos, las personas, el transeúnte antes llamado vulgar, en definitiva, Pulgarcita, podrán y pueden detentar al menos tanta sabiduría, ciencia, información, capacidad de decisión. (pág. 81).
Ese cambio radical afecta a los sexos, puesto que las últimas décadas vieron la victoria de las mujeres, más trabajadoras y series en la escuela, en el hospital, en la empresa… que los machos dominantes, arrogantes y debiluchos. Afecta también a las culturas, porque la Red favorece la multiplicidad de expresiones y, pronto, la traducción automática, mientras que apenas salimos de una era en la que la dominación gigante había unificado dichos y pensamientos en la mediocridad, esterilizando la innovación. En suma, afecta a todas las concentraciones, incluso las productivas e industriales, incluso las lingüísticas, incluso las culturales, para favorecer distribuciones amplias, múltiples y singulares. He aquí la calificación por fin generalizada; he aquí el voto generalizado para una democracia generalizada. (pág. 81 y 82).
Pulgarcita -individuo, cliente, ciudadano- dejará para siempre que el Estado, los bancos, las grandes tiendas se apropien de sus propios datos, por cuanto hoy en día resultan una fuente de riqueza? He aquí un problema político, moral y jurídico, cuyas soluciones transforman nuestro horizonte histórico y cultural. Puede dar como resultado un reagrupamiento de los repartos sociopolíticos por el advenimiento de un quinto poder, el de los datos, independiente de los otros cuatro, legislativo, ejecutivo, judicial y mediática (pág. 86).
Entiéndase por pulgarcita un nombre de código para tal estudiante, este paciente, este obrero, este campesino, este elector, este transeúnte, este ciudadano… anónimo, por cierto, pero individuado. (pág. 88).
Forman el pensamiento algorítmico. Éste comienza a comprender el orden de las cosas y a servir a nuestras prácticas (pág. 89).
Lo objetivo, lo colectivo, lo tecnológico, lo organizacional... se someten más, hoy en día, a ese cognitivo algorítmico o procedimental que a las abstracciones declarativas que, alimentada por las ciencias y las letras, consagra la filosofía desde hace más de dos milenarios. Si, por ser sólo analítica, no ve cómo se instaura hoy ese cognitivo, entonces no acierta en el pensamiento, no sólo en sus medios, sino en sus objetos, incluso en su sujeto. Se le escapa nuestro tiempo.(pág. 90).
Vivimos desde hace poco en la civilización del acceso. La correspondencia lingüística y cognitiva de esa cultura se vuelve el código, que lo permite o lo prohíbe. (pág. 92).
El código es el viviente singular; el código es tal hombre. Una cifra indefinida, descifrable, indescifrable,abierta y cerrada, social y púdica, accesible-inaccesible, pública y privada, íntima y secreta, a veces desconocida para mí y exhibida al mismo tiempo.(pág. 93).
Medicina y derecho alimentaban desde hace mucho tiempo esta idea del hombre como código. El saber y las prácticas lo confirman hoy, cuyos métodos usan procedimientos y algoritmos; el código hace nacer un nuevo ego. ¿Personal, íntimo, secreto? Sí. ¿Genérico, público, publicable? (pág. 93).
Dicen que los antiguos egipcios distinguían el cuerpo humano de su alma, como nosotros, pero añadían a esa dualidad un doble,Ka.(pág 93) Ka,pasaporte universal codificado: abierto y cerrado, doble público y secreto sin contradicción. Nada menos extraño.(pág. 94).
Doble como un paciente, singularmente dolorido, pero ofrecido al paisaje, a la mirada médica. Doble, competente, incompetente...doble comounciudadano, público y privado.(pág. 94).
Sin comprensión, no hay equipo posible; sin colectivo, no hay edifício. (pág. 94).
Por sí mismo, cada uno entrará en este equipo virtual y auténtico que unirá, en una imagen única y múltiple, a todos los individuos que pertenezcan al colectivo diseminado, con sus cualidades concretas y codificadas. En este alto ícono, tan alto como la torre, las características comunes se reunirán en una suerte de tronco, las más raras en las ramas y las excepcionales en el follaje y en los brotes. Pero como esa suma no dejaría de cambiar, como cada uno con cada uno y uno después de otro se transformaría día tras día, el árbol así erigido vibraría a lo loco, como inflamado por llamas danzantes (pág. 97).
Babel, estadio oral, no hay torre. Desde las pirámides a Eíffel, estadio escrito, Estado estable. Árbol en llamas, novedad vivaz (pág. 98).

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